Canelón |
Ya lo conocía y opiné con anterioridad pero quería ir por mi cuenta y riesgo. Fui con mi querida parienta y pedimos medias raciones porque queríamos probar varias cosas (era la primera vez que ella iba) y empecé por el canelón de aguacate y centollo y el cartucho de boquerones al limón. El canelón es soberbio, fino y sabroso a la vez. Me parece un portento de elaboración y cuidado de la materia prima. Y la mezcla de sabores es genial.
boquerones al limón |
mero frito |
Los boquerones, muy bien fritos y nada aceitosos, con ese ligero toque a limón, propio de la casa. Y como fríen tan bien seguimos con el mero. Jugoso, fresco…espectacular. La harina que utilizan para los fritos es ecológica y apta para los celíacos. Todo un detalle.
Quería algo de carne y el camarero me ofreció el lingote de cochinillo confitado. Lo presentan deshuesado y fue tan acertada la elección que no me dio tiempo de hacer una foto. Cuando me acordé ya me lo había comido. Ligero, suave en boca pero con todo el sabor del cochinillo.
Y como quedé con un pequeño espacio en mi sistema digestivo volví a solicitar el consejo profesional del camarero y no se volvió a equivocar. Disfruté de un tataki de pez espada que no olvidaré en mucho tiempo.
tataki de pez espada |
El servicio muy amable, profesional y atento. El precio, para la calidad del producto y la elaboración en cocina, me parece muy adecuado (para Sevilla es algo caro y para Madrid y Barcelona está “tirao”). Lo que es seguro es que se disfruta de una excelente comida.
Terminaré todas mis críticas gastronómicas con la factura y así vosotros mismos llegaréis a vuestras propias conclusiones.
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