lunes, 22 de abril de 2013

Sacabó la Feria

El jueves empezó con un mensaje, vía whatsapp, algo extraño; me citaban en la feria a una hora que no sabía que el Real estuviera puesto y, además, en mi caseta. He salido por la mañana de la feria, cuando era más jovencito, pero entrar por la mañana tan tempranito era algo para mí desconocido. Tenía que pensar si me daría tiempo llegar del trabajo. No me extrañaba por el emisor del mensaje pues ya sabía que es madrugador pero yo...le contesté que sí y que a las 13,34 nos veíamos en mi caseta. Se lo dije a mis contertulios y a mi mujer y, por supuesto, ésta me dijo que quería venir. Ante las respuestas negativas de la mayoría de la tertulia, salvo uno, pensé en un amigo que por motivos de trabajo (fabricante/distribuidor de quesos) está en el Real desde muy temprano, lo llamé y, por supuesto me dijo que encantado y que iría con su mujer.

Así que a la una y media Pablo, Antonio y Macarena, María Jesús y este bloguero estábamos en mi caseta esperando la misteriosa visita. Nada más llegar, me notifica que se retrasa un poco y que va acompañado. Casi a las 2 de la tarde llegó Carlos y cía, entre los que se encontraban su prima Nuria, Antoñín (el de Cá Antoñín en El Puerto) y su cuñado Salvador. Nos tomamos alguna copita y algo para picar. A la hora continuó con su tour y quedamos en vernos el domingo.

¿Y ahora qué hacemos? Resulta que ese día tenía tres cosas a la misma hora y en distintas casetas. Desgraciadamente todavía carezco del don de la ubicuidad, y tocaba organizarse. No podía ir con mis compañeros de ESIC; retrasé lo que pude, hasta las 6, la convocatoria en mi caseta; y decidí que tenía que ir a la caseta de mi cuñado Eugenio. Antes de ir, Antonio insistió en que nos pasáramos por su caseta y allí fuimos. Nos tomamos una cervecita, y en ese ratito, aparecieron algunos amigos más, aunque cada uno tenía su propio plan y quedamos en vernos luego.

Me encaminé a la caseta de Eu, que entre otros atractivos, tiene algo parecido al aire acondicionado, y me planté, nada más llegar, delante del aparatito. No me movió nadie en algo más de una hora hasta que mi organismo alcanzó una temperatura digna de un ser humano. Tomamos alguna cosita y nos volvimos a la caseta de Antonio aunque por el camino nos topamos con José Luis, que estaba en su caseta y nos invitó a una copita de Tío Pepe, que es el mejor tío del mundo y no nos podíamos negar. Seguimos nuestro camino y llegamos a la caseta de Antonio. A pesar del calor climatológico, en muy poco tiempo el calor ambiental se hizo muy agradable. Uno a uno fueron llegando los amigos que habían sido convocados en mi caseta y que Antonio los acogió en la suya, más sus amigos. Tocayo, Juan, Ramón, Nicolás, Carlos, Íñigo y sus parientas, salvo Ramón que vino solo (te echamos mucho de menos Fernanda). ¡Qué grupito! La tarde se estaba ambientando. Con la caló y lo a gustito que estábamos, Juan nos propone ir a su caseta que también tiene aire acondicionado. Movimiento grupal. Todos nos pusimos delante del aparatito y así iba alguno, completamente "despelucao". Se nos incorporan Perico y Beatriz, Jaime y Amparo...el grupo era muy numeroso pero muy bien avenido.

Anochecía y Perico decidió que era la hora de cenar en su caseta. Allá que nos fuimos todos. ¡A cenar!. Otro movimiento grupal. Y vaya si nos dio de comer. Alguno salió de allí con la tripita pronunciá. A esto mi cuñado Jaime nos reclama en su caseta que casualmente es justo la de al lado de Antonio. Y como somos educados, vamos adonde nos invitan. Sigamos con el movimiento grupal. Poco a poco fue disminuyendo el grupo hasta que quedamos Isabel y Jaime, Juan, Ramón, María Jesús y yo. Juan se iba al día siguiente al campo y por ese motivo me había entregado hacía un breve espacio de tiempo lo que le restaba del talonario de su caseta para que nos lo gastáramos. En menos de un segundo decidió que había que recenar en su caseta gastándonos lo que quedaba y me quitaba el talonario. ¡A su caseta!. Acabamos "jartitos". Inolvidable día, de los mejores de los últimos años.

El viernes tenía comida familiar en mi caseta con mis padres, mi hermano Enrique y Toñi. Os doy mi palabra que no tenía ganas de comer, así estaba. No me recobré en toda la tarde y, por eso, no me moví de mi caseta. Recibí la visita de mi sobrino italiano Carlo, que está estudiando en Madrid y que vino acompañado de unos amigos. Nos tomamos una copita con mi primo Jaime y Yoli, con mi tío José... Cuando caía el sol le propuse a mi mujer una oferta que sabía que no podía rechazar y que no rechazó. Cruzamos la portada y nos fuimos a la plaza de la buñoleras a disfrutar de unos exquisitos y carísimos buñuelos. Tradicionalmente así terminamos la feria y a las 10 de la noche tenía los pies en alto en la mesa del salón mientras veía la tele. Aquí tendría que haber acabado mi feria.

Domingo por la mañana. Mensaje de whatsapp que nos convoca a toda mi tertulia a comer 4 arroces, 4, en una caseta. Se lo comunico a mis tertulianos y están todos fuera de Sevilla, salvo 3, pero uno de estos no puede ir. Y convoco al que vino el jueves. Así que a la una y media quedamos Pablo, Antonio y Felipe en la caseta del segundo para tomarnos una cerveza antes de ir a la caseta de Carlos. Cuando llegamos a su caseta nos encontramos con Ricardo, socio de la caseta y al que conozco hace casi 30 años, y tenían preparados los sofritos de un arroz con bacalao, una paella tradicional, un arroz abanda y una fideuá. Y por si nos quedábamos con hambre, unas migas. Por allí estaban Antoñín, Aurora, Gary, Melgar y más tarde aparecieron Ramón y Verónica. Nos presentaron a la madre de Carlos, Blanca, toda una señora muy agradable y encantadora, a la que Carlos mima.

Nos fuimos comiendo una a una las paellas que iban saliendo. Todas buenísimas; me encantó la de arroz con bacalao que, según me enteré después, la había preparado la madre de Carlos. Sin hacer ningún esfuerzo extraordinario cayeron hasta las migas. Éxito total. De postre, pastelitos y tocinos de cielo de Santa Clara. Todo un homenaje. Gracias Carlos.

Y, para terminar, yo me tenía que pasar por mi caseta para liquidar cuentas y recoger la tetera. Me acompañaron Antonio y Pablo, y ya que estábamos allí nos tomamos la última copa brindando porque nos veamos todos en la Feria del año que viene. Me pongo a régimen desde hoy.

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