Aprovechando las Navidades, la prima Blanca organizó una visita a las cubiertas de la Catedral de Sevilla, Patrimonio de la Humanidad, que, según la tradición sevillana, los canónigos decidieron: "Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos". Es la catedral gótica más grande del mundo y se construyó siguiendo los cimientos del perímetro de la Mezquita Mayor, aunque posteriormente se agrandó hasta alcanzar una superficie de 23.500 m2. Nunca había subido y, la verdad, es que merece la pena.
Se tardan unos 70 años en su construcción aunque nunca se ha parado de actuar, conservando o añadiendo, sobre la Seo de Santa María de la Sede, que éste es su nombre.

Seguimos subiendo hasta la altura del rosetón principal donde nos explican su proceso de construcción y el autor de su perfecta vidriera, Enrique Alemán, y volvemos a entrar a la nave central para contemplar desde la cercanía las vidrieras, el coro desde las alturas y volvemos a salir, prácticamente a la altura de la puerta de la Concepción, con el Patio de los Naranjos a nuestros pies. Gracias al clima de Sevilla se puede construir una "azotea" lo que permite esta visita.

Rodeamos la nave central para llegar al lado sur, desde donde se contempla una preciosa vista de Sevilla: el Archivo de Indias en primer plano, a su izquierda la Puerta del León que da acceso al Real Alcázar y sus jardines, se puede observar un lienzo de la muralla que lo rodea. A la derecha la Avenida. Al fondo se pueden contemplar las dos torres de la Plaza de España y casi en el horizonte se ve el Puente del Quinto Centenario.

Seguimos andando hasta llegar a la linterna de la Capilla Real, que se termina de construir en tiempos de Felipe II, y en ella se encuentran los restos de Fernando III el Santo, Conquistador de Sevilla en 1248 y Patrón de la ciudad, así como la imagen de la Virgen de los Reyes, Patrona de la Archidiócesis. Una vez llegados a este punto, hicimos una parada un poco más larga para disfrutar de la Giralda, alminar de la antigua Mezquita que gracias a Dios no fue derribado (es una de las peculiaridades que explica el guía). No se puede estar más cerca de esta maravilla. Disfrutamos.
Bajamos a media altura de la nave central para que nos explicaran el proceso de construcción de los distintos niveles. Recordemos que no sabían trabajar con escalas y debían hacer planos a tamaño real para construir, por ejemplo, una ventana. Imaginaos lo que tenía que ser construir en aquella época tan colosal edificio.
Después de esta explicación, bajamos para salir al lado de la Puerta del Príncipe, dentro de la Catedral. No digo nada más porque os recomiendo una visita a las cubiertas y que la explicación sobre las misma sea in situ. Para reservar lo podéis hacer aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario