jueves, 13 de febrero de 2014

cooking golf

Mi tío Pedro tiene un grupo de amigos con los que juega asiduamente al golf y organizaron una comida en el txoko del Aero. Desde que me dio la tendinitis hace ya varios años, dejé de practicar este deporte (estoy convencido que la causa fue el golf) pero me dijeron si quería ir y yo, como ya sabéis, me apunto a un bombardeo, sobre todo, si es gastronómico. Y allí fui.

Quedé en llevar algún marisquito, siendo consciente que en estas fechas y más con los temporales de las últimas semanas, era difícil encontrar buen material. Así que recurrí a mi amigo Javier, el Chipi de la calle Niebla, al que hacía tiempo que no veía. Me confirmó lo que me temía pero me ofreció unas gambas congeladas, unas buenas gambas y me lo dejó a buen precio. También tenía unos berberechos con un pintón. Le dejé el encargo y me fui a mis tareas propias. Hacia la 1 me encaminé a la pescadería para recoger las gambas y...no quedaban berberechos. A cambio me llevé unas cañaíllas, material que nunca había trabajado pero que me explicaron cómo se hacía. Cuando llegué al club ya estaban Íñigo y mi tío Pedro.


El chef principal del día era Íñigo y ya tenía preparado el sofrito, los chocos y acababa de añadir unas almejitas y el fumé. La base de la fideuá de pescado y marisco estaba lista. Tenía por los alrededores unas gambas peladas y unos langostinos, como punto decorativo, que añadiría en el momento en que llegaran los comensales. Y estaba terminando de rematar un falso txangurro. Tenía muy adelantada la tarea o yo llegué muy tarde. Me adjudicaron la cocción de las cañaíllas y de las gambas. Aunque no había llegado nadie más, empecé por las cañaíllas y dejé las gambas para irlas haciendo a puñaditos a medida que llegaban los tertulianos. Primera Cruzcampo.

Comenzamos a desplegar el aperitivo por la barra de la cocina y hemos de destacar lo rico que estaba el falso txangurro elaborado por el Marquéschef. Delicioso. Y ya puestos probamos, sólo por comprobar la calidad del material, una cañaílla (¿o fueron 2...3?). No eran grandes, más bien terciaítas pero muy buenas de sabor y muy bien cocidas (no podía ser de otra forma). El equipo titular se vino arriba. Segunda cruzcampo.


Empiezan a llegar los "golfistas": Federico, Antonio. Todos hacían el mismo recorrido, empezaban por la mayonesa de marisco y seguían con las cañaíllas. Primer puñao de gambas al fuego. Preparo la salmuera en frío y primeras gambas a la boca. Muy buenas, Javier, muy buenas. El punto de cocción era el adecuado y segundo puñaíto al fuego. Llegan Antonio, Manolo, Manolo y Miguel. Ya estamos casi todos. El marquéschef añade las gambas y luego los fideos. Como nota diferenciadora yo lo hago al revés; lo último que añado es el caldo. Otra manera de hacer la fideuá. En varios golpes cuezo todas las gambas. ¡Chicos, a la mesa!. Nada más sentarnos llega Andrés y ya estamos todos.

Mientras terminamos con el aperitivo, la fideuá reposa. Nos sirven a cada uno su plato y caritas de satisfacción al saborear la magnífica fideuá elaborada por marquéschef. Espectacular. Yo estaba degustando un blanco de Rueda y no había más remedio que acompañar tan soberbio plato con el Viña Herminia que trajo Manolo. ¡Qué buen maridaje! Todos repetimos plato.



Llegó la hora del postre y nos sirvieron el tradicional surtidito en el que no puede faltar el tocino de cielo. Café y copa y a disfrutar de una amenísima charla en la que hablamos de lo divino y lo humano y quedamos para una próxima reunión a principios de marzo de la que daré cumplida cuenta en su momento. No conocía a la mayoría y me lo pasé estupendamente. Muchas gracias por acogerme en tan magnífica reunión.





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