Me habían hablado muy bien de este sitio y tenía ganas de conocerlo. Así que allí me presenté y ésta es mi crónica.
Como esta visita ha sido en verano pedí terraza. En la azotea han montado un espacio muy acogedor, con buen gusto y, además, con unas espléndidas vistas de Sevilla. Primera impresión muy positiva.
Vamos al grano.
Queríamos probar varios platos, así que compartimos varios del menú, concretamente los siguientes cuatro:
 |
| foie |
 |
| anchoa |
Seguimos con un foie casero. Desde mi punto de vista es tan suave que ha perdido el sabor a hígado. Pasable.
En lo principal queríamos probar una carne y un pescado.
Chateaubriand de vaca retinta espectacular. Carne exquisita, en su punto (fue una concesión a mi mujer ya que la prefiero roja pero reconozco que el punto en este restaurante tira a rojo, menos mal). Pura mantequilla, una delicia.
Y el pescado. Ante nuestras dudas el camarero nos sugirió atún. Todos conocéis mi debilidad por este pescado azul y que raramente lo degusto fuera de Tarifa pero nos lanzamos. De las opciones de atún nos decantamos por el atún trinchado y fue un gran acierto. También espectacular. En su punto (el punto del atún debe ser como el de las carnes rojas).
Todo ello regado con José Pariente.
Y del postre, pues elegí el tocino de cielo que era lo único que podía comer por mi intolerancia y no valía un duro (sabéis que soy un verdadero experto en tocinos ya que durante décadas era el único postre que podía tomar en los restaurantes si no quería provocar un escándalo público) y mi mujer apostó por el arroz con leche y según me dijo le pasaba algo parecido que al foie, tan suave que casi no tenía sabor.
Todo ello por unos 50 euros por persona, lo que no estaba mal teniendo en cuenta lo trasegado y el sitio.
Conclusión: Me gustó pero no fue una noche redonda por el foie y el postre. El servicio muy profesional y amable. Seguro que volveré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario