viernes, 22 de febrero de 2013

El adiós a la vida

La ópera Tosca fue estrenada con éxito en Roma, el 14 de enero de 1900, en el Teatro Costanzi. Esta ópera, de 3 actos, del gran Giacomo Puccini, uno de los más grandes exponentes de ópera verista, está basada en un intenso drama, La Tosca, de Victorien Sardou. El libreto es de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Es un drama psicológico de mentira y dudas. La acción transcurre en Roma, el 14 de junio de 1800, cuando Napoleón vence a Austria en la batalla de Marengo. 

Casi al final del tercer acto el protagonista, el pintor republicano y simpatizante de las ideas liberales Mario Cavaradossi, prisionero en el Castillo Sant'Angelo (Roma), entona el famoso E lucevan le stelle. Cavaradossi evoca los momentos íntimos vividos con su amante, la diva Floria Tosca, las estrellas se disipan lentamente y el carcelero lo llama para la ejecución. Es, sin duda, una de las páginas más célebres de toda la historia de la ópera. Mario inicia su canto recordando los dulces momentos vividos con Tosca, pero culmina expresando angustiosamente su amor por la vida, también se conoce esta aria como el adiós a la vida, sabiendo que está próximo a morir.

Original en Italiano
E lucevan le stelle,
Ed olezzava la terra,
Stridea l'uscio dell'orto,
E un passo sfiorava la rena...
Entrava ella, fragrante,
Mi cadea fra le braccia.
Oh! dolci baci, o languide carezze,
Mentr'io fremente
le belle forme disciogliea dai veli.
Svanì per sempre il sogno mio d'amore,
L'ora è fuggita
E muoio disperato!
E muoio disperato!
E non ho amato mai tanto la vita!
Tanto la vita!...
Traducción al español
Y brillaban las estrellas,
Y olía la tierra,
Chirriaba la puerta del huerto,
Y unos pasos rozaban la arena...
Entraba ella, fragante,
Caía entre mis brazos...
¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias,
Mientras yo, tembloroso,
Sus bellas formas liberaba de los velos!
Se desvaneció para siempre mi sueño de amor...
El tiempo ha huido...
¡Y muero desesperado!
¡Y muero desesperado!
¡Y no he amado nunca tanto la vida!
¡Tanto la vida!

Por gentileza de mi amigo Carlos Hernández-Blanco, os dejo la apoteósica versión de Plácido Domingo, un verdadero embajador de España por el mundo, en el Metropolitan de Nueva York hace ya unos cuantos añitos. Cada vez que la escucho lloro de emoción. Si Nessun dorma es de Pavarotti, el Adiós a la vida es de Plácido Domingo. Grande.


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