El autor desgranó, con gracia y a la vez contundencia, la realidad económica que nos ha tocado vivir y nos alertó que todo proceso de endeudamiento como el actual no puede tener como salida más deuda. El problema es la deuda, no su coste, es el volumen de la misma que nos atenaza y asfixia a la economía real. Tratan de vendernos la moto, incluso premios Nobel (Lacalle tiene especial "debilidad" por Krugman), de que la salida de la crisis se resuelve con más deuda, más billetes, más gasto, más impuestos, lo que lleva a más deuda y vuelta a empezar. Pero todo eso lo pagamos los contribuyentes, no los gobernantes ni el capital, y la sociedad sufre las consecuencias.
Para evitar caer en estas situaciones debemos cambiar de mentalidad y ahorrar en épocas de bonanza. Hay que aprender del pasado. No hay soluciones mágicas. Y tampoco fomentar la inflación reduce la deuda ni hace que esos países sean más ricos. Que se lo pregunten a Zimbabwe y Venezuela.
La solución no pasa por devaluar ni imprimir moneda. Es la austeridad lo que nos puede salvar de esto. La austeridad, no lo que se está haciendo ahora, supone reducir el déficit y, por tanto, la deuda. No tenemos capacidad ni necesidad de mantener la carrera de endeudamiento. Nos metimos en esto por la burbuja inmobiliaria. Ahora España exporta más que nunca con el euro fuerte, algo increíble que rompe el mito de las devaluaciones competitivas. Lo que ha cambiado es el entorno, estamos en una crisis que no se parece a la del 29 por lo que no se puede recurrir a soluciones del pasado. La expansión crediticia crea euforia. El crédito nubla la prudencia. No podemos volver al exceso.
Necesitamos salir de la espiral de burbujas. España tiene lo que tiene, y ahora es una oportunidad. Necesitamos cordura presupuestaria, empuje exportador y un crecimiento basado en nuestro potencial y sin crédito. Centrarnos en lo que sabemos hacer bien y para ello es imprescindible recortar el gasto público. La solución está en cada uno de los españoles. Parafraseando a Carlos Rodríguez Braun, España saldrá de la crisis a pesar del gobierno.
Entre todos tenemos que hacer de España un país atractivo para el capital. Que venga capital e invierta, pero no en bonos y acciones sino en activos productivos, en la economía real. De esa manera será menos complicado salir de esta crisis.
Ante una pregunta sobre qué modelo de bienestar prefiere, si el americano o el europeo, respondió que ninguno de los dos. Recalcó que lo importante no es el modelo de Estado de Bienestar que se quiera implantar sino que han de ser los propios ciudadanos los que decidan qué quieren y para ello la gente debe saber, y asumir, su coste.
Ya tengo el libro.
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