Una Monarquía renovada para un tiempo nuevo

Como S.M. muy bien dijo en las Cortes, quiere encarnar una Monarquía renovada para un tiempo nuevo. No tengo dudas sobre Vuestra adecuada preparación y formación para hacer frente a los difíciles momentos que atraviesa nuestra querida Patria. Creo que S.M. tiene la honestidad suficiente para ser un referente a la hora de superar la crisis moral y la corrupción que anida en nuestra sociedad y en breve se verá sometido a una prueba de fuego; cuenta con la formación y la empatía necesarias para encauzar los conflictos territoriales que amenazan con despedazar nuestra antigua Nación; y la preparación y determinación requeridas para empujar a nuestros políticos a realizar cuantas reformas sean imprescindibles para superar la grave crisis económica que tan desastrosos efectos ha causado y que podemos observar, y sufrir, en nuestro entorno.

Da la impresión que parte de la sociedad pretende que S.M. se involucre en la solución de nuestros problemas olvidando que en una Monarquía parlamentaria el Rey reina pero no gobierna. Esa es misión de los gobernantes y de cada uno de nosotros como miembros de la sociedad a la que pertenecemos. De sus palabras, Señor, deduzco que tiene muy clara su función: escuchar, comprender, aconsejar y advertir, sí Señor, advertir. Un líder lo es si los demás ven en él una referencia moral y para eso es fundamental la ejemplaridad. Dejémosles a los políticos la potestas y sea S.M. la Auctoritas que España necesita. De esa forma tenga por seguro que los españoles estarán orgullosos de su nuevo Rey. Yo ya lo estoy.