
Ya sé que me he hecho de
rogar y he tenido muy abandonado el blog pero entre el trabajo y la tesis me
quedaba poco tiempo para organizar comidas y contarlas. Ya os adelanto que
antes de que termine el mes subiré un par de ellas. Vamos por la primera.
Tras la noticia
sorprendente de la abdicación del Rey Juan Carlos I no teníamos más remedio que
organizar una tertulia para comentar incidencias. Buscamos la fecha y
reservamos la cocina. Ahora quedaba el menú.
Teníamos claro que debía
ser ligerito y de procedencia marina. Llegamos pronto a componer el aperitivo
pero le dábamos muchas vueltas al plato principal. Que si un arroz marinero, un arroz negro, una paella. Todo giraba en torno a esta apreciado cereal de origen asiático. Afortunadamente, unos
cuantos días antes del día D, el chef Beka y su internacional pinche acordaron
un plan A y su alternativo en caso de que no encontráramos el material idóneo.
Dos días antes, nuestro prestigioso chef me llamó para comunicarme que lo había
encontrado y me envió una foto. Bonito.

El día antes llamé a
Javi, nuestro proveedor oficial, para que me consiguiera unas buenas coquinas y
unas huevas de merluza para plancha. Enrique se ofreció para preparar unas
papas aliñás. Como pueden observar aperitivo ligerito y sencillo ya que no
queríamos sobrecargar nuestros estómagos antes de sentarnos a la mesa. Nuestros tipitos, y nuestras parientas, nos lo agradecerán.


El día de marras como me
viene pasando últimamente, por motivos de trabajo (otra cosa es que lo cobre),
no llegué a tiempo para ayudar a nuestro chef, pero vamos, no le hace falta
mucha ayuda, él solito se basta y se sobra para despiezar el bonito, preparar el
sofrito, mondar patatas y trocearlas, etc. Cuando llegué ya lo tenía todo al
fuego, salvo el bonito. Juan ya estaba. Nos repartimos el trabajo que quedaba,
picar ajitos, tomate, patatas y abrir unos botellines para hacer más llevadero
tan ardua tarea. Preparamos dos bandejas de papas aliñás: una con patatas,
tomate, aceite, vinagre, perejil y sal; y a la otra le añadimos ajo, pimiento y
cebolla. Para todos los gustos. Llegó Luismi y pensamos que era el momento de
probar las huevas, una, sólo una para encontrarle el punto. Deliciosa. Otro botellín.

Enrique, Tulio y José
Luis…al ataque con las papas y una de coquinas. Las coquinas tienen un único
secreto: hacerlas a fuego fuertecito con ajito picaíto, muy poco tiempo para
que se abran y no se pasen. Además, le echo un chorreoncito de fino. A
mojar pan. Faltaban 3 por llegar y no podíamos aguantar más. El guiso estaba
preparado, sólo faltaba añadir el bonito y había hambre, mucha hambre. Más
papas, otra de coquinas y más huevas a la plancha. ¡Hombreeee! Los que faltaban
van apareciendo Antonio, Jaime y Salvi. Hacemos todas las huevas, terminamos
prácticamente con las papas aliñás y hacemos las últimas coquinas. Abrimos un par de botellas de Palacio Quemado, Ribera del Guadiana, de nuestros amigos Manolo y Antonio Losada. Hoy día se hacen magnífico tinyos por toda la geografía española.
En ese momento cumbre, el
chef tiene una idea que, como todas, es genial. Aparta la ventresca, la trocea
y a la plancha. Cumbre, caritas de satisfacción. E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R. Lo deletreo
porque fue una gozada. Maravilloso. Y llegó la hora de añadir el bonito a la
cocción, tres minutos, nada más y a la mesa.
Marmitako de bonito del
norte que ni Arzak. Nuestro chef Paul Beka, 4 estrellas michelín. Soberbio. No
hay nada más que decir.
A los postres brindamos
por el Rey Juan Carlos, por el Rey Felipe y por nuestra querida Patria.
Firmamos la carta dirigida a la Casa de S.M. el Rey agradeciendo a don Juan
Carlos su fructífero Reinado y mostrando a nuestro Rey, S.M. don Felipe VI
nuestra lealtad inquebrantable. ¡Por España!
No hay comentarios:
Publicar un comentario