martes, 11 de noviembre de 2014

Los apóstoles

¡Ya es hora de reunirnos y de conspirar que llevamos mucho tiempo intentando quedar y no hay manera! Dicho y hecho. Reservamos la cocina del mejor club del mundo y al ataque.

Plato principal: paella negra. Aperitivos variados sin cocina. El Chef Beká se encargó de comprar los ingredientes para el arroz, que esta vez lo hizo con chocos, chocos de verdad. A una hora prudente quedamos en el club y se empezó la faena. Ajito y pimientito para el sofrito. Aparte se estaba preparando el fumé con una cabeza de merluza y unos gambones.

Al poco tiempo, llegó el primero de los apóstoles, Cipi, que traía mejillones y vinho verde. A quitarle las barbas. Sin solución de continuidad llegó PepeCharli con todos los avíos para preparar tartar de salmón. No puedo contar todo, que cada uno tiene su secreto, pero ahí van algunas cositas que vi por la cocina: pepinillos, ajos encurtidos, alcaparras, alguna salsa, tabasco y, por supuesto, salmón. La cocina estaba funcionando al 100%. En la paella, el masterchef reservó el sofrito y empezó a dorar los chocos, cortados en pedacitos pequeños con algo de tomate. Primera cruzcampo.


Van llegando Jaime, Rafa y José Luís que traía unas sardinillas riquísimas y salmorejo. Mientras tanto los mejillones estaban en una cacerola, sin nada de nada. A medida que se abrían los sacábamos, a la bandeja y al buche. ¡Qué cosa más sana, sabrosa y fácil de hacer!. Muy buenos. Al mismo tiempo, preparabámos una petit pijadita con unas tostaditas que tan amablemente como siempre habían preparado en el Club, le añadimos salmorejo y una sardinilla. ¡Esto se anima señores! Segunda cruzcampo y algunos abrieron UncleJoseph de Jerez.

En la paella era la hora de echar el arroz, tomate frito y la tinta en el sofrito, más un toque personal. Se removió todo con el arte característico de un Chef 5 estrellas y se dejó todo listo para añadir el caldo. ¿Estará el vinho verde fresquito? Vamos a probarlo, primera copita. En esto llegó Jesús con un tinto de Cádiz, Barbazul, al que le haríamos los debidos honores en su momento y una mousse de limón para el postre. Se empezaban a contar por decenas los cadáveres de Cruzcampo y un par de botellas del mejor tío de Jerez. Mensaje del que falta, "en diez minutos estoy ahí". Jacobo trajo unas anchoas que él compra durante su veraneo en Liendo, que son de babero. Estábamos todos porque ese día había 3 Judas, bueno uno tiene excusa ya que anda por motivos de trabajo por Bulgaria o algo parecido. Ya era hora de catar el tartar, aunque estábamos convencidos de que saldría magnífico debido a las dotes culinarias de PepeCharli y no defraudó. Riquísimo con unas tostaditas. Así que teníamos desplegadas en el campo de batalla todas las tropas de infantería: mejillones, sardinillas con salmorejo, tartar de salmón, anchoas. Faltaba la artillería pesada.


¡Caldo a la paella! ¡Cómo olía! En esto que aparecieron unos buenos amigos que habían quedado a comer arriba y que se tomaron una cervecita con nosotros: Eduardo, Guillermo, Paco y Manuel. Entre todos dimos total cuenta del aperitivo mientras esperábamos que se hiciera el arroz. ¡Más vinho verde! ¿Qué no hay? ¡Bebéis como cosacos! ¿Y entonces? ¡Barbazul! Primera botella de las tres que cayeron. Tinto muy facilito, sencillito, sin pretensiones y muy agradable de beber. Nuestros visitantes se despiden y el arroz ya había reposado lo suficiente, así que señores comensales ¡a la mesa!.

¿Todo el mundo repitió? No, no, no, ¡alguno tripitió! Este Paul Beká, aunque a veces prefiere que le llamen Beckham (él sabrá porqué aunque puede ser por su parecido físico), lo borda. Llegamos al postre. Creo que estaba muy bueno o eso me dijeron ¿Quién inventó la leche condensada? No hay remedio, así que lo sustituí por una delicia que para los que no sois habituales es media porción de tocino de cielo y media de tarta de chocolate. ¡Venganza!

Entonces, llegó el momento del café, puro (qué ordinariez el puro electrónico) y copita con lo que empezó una larga y agradable sobremesa en la que se habló de lo divino y lo humano, citándonos para estas próximas Navidades que ya veré si doy cumplida cuenta en este blog.



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