Unas parecían las brujas de Zugarramurdi
otros, Priscilla la Reina del desierto el día del orgullo gay
Da igual lo que parecieran, era simplemente ridículo, hortera y de mal gusto.
¿Ésta es la nueva política que necesitaba España? ¿ideologizar y adoctrinar en unas fiestas eminentemente familiares en las que los reyes son los más pequeños de la casa? ¿Eliminar toda referencia cristiana de una fiesta cristiana?
Por favor, dejen a los niños en paz, no les roben la fantasía y la ilusión de que los Reyes Magos, con sus coronas y capas, sus camellos, sus pajes, les traigan sus regalos como hace 2000 años en una aldea de Palestina adoraron al Niño Dios.
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