Como no pudieron asistir ninguno de los chefs de afamado prestigio que pertenecen a la Tertulia, todo el peso culinario recayó en el pinche más famoso de la nube. Fue una alternativa en toda regla.

Lo primero que hice fue sacar el atún de la soja y me puse a preparar el falso txangurro: palitos, mejillones al natural, anchoas y mayonesa en la proporción que a cada uno le guste y yo, además, le doy mi toque: un chorreón de buen oloroso. En este proceso estaba cuando llegó Salvi que generosamente se puso a mezclar los ingredientes mientras este pinche se disponía a poner una buena olla en el fuego, preparaba la salmuera y dejaba los moluscos (coquinas y chirlas) en agua con algo de vinagre para que soltaran la arenilla que quedaba.

Van llegando Jaime, Perico y este día contamos con la presencia de Guillermo y Nacho. Con gran satisfacción este pinche veía cómo los platos iban cayendo uno detrás de otro con grandes exclamaciones de júbilo. Llega Monchu que era el último que faltaba. Toda la artillería estaba funcionando y la logística (Cruzcampo y Tío Pepe) ayudaba a alcanzar esa fase de exaltación de la amistad tan propia de estos encuentros.
Nos sentamos en la mesa para disfrutar, o eso esperaba, del plato principal: tataki de atún con su mayonesa de soja y tomatitos cherry. Y de beber Viña Alberdi. Está feo que yo lo diga pero fue todo un éxito. Salí por la puerta grande el día de mi alternativa ante 6 toros, 6 aunque he de reconocer que de una ganadería de segunda. Pero, en conclusión, cada vez estoy más cerca de llegar a ser un chef.
De postre, tocino de cielo, tarta de santiago y tarta de chocolate, café, copas y empezó una larga y animada sobremesa en la que se habló de lo divino y lo humano y arreglamos los problemas del mundo mundial.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario