jueves, 4 de enero de 2018

Tertulia de Navidad

Hola a todos ¿cómo estáis? Bieeen. Me alegro.

Os he tenido muy abandonados pero eso se va a acabar. Ya estoy aquí con mis pesqueradas y ¡qué mejor manera de empezar el año que con una comida! Pues a eso vamos.

Tertulia de Navidad ¡qué ganas tenía de una comida con amigos y sobremesa relajada! Reservamos con tiempo en el mejor club del mundo, Presidente dixit, y teníamos claro que el menú tendría que ser algo ligerito, en nuestra línea, porque estaríamos saturados y el aparato digestivo tiene que descansar, de vez en cuando que tampoco hay que exagerar.

No creáis que fue fácil ponernos de acuerdo en la comida ya que había división de opiniones en cómo acompañar al único plato seguro para ese día. Después de darle muchas vueltas llegamos a la conclusión de que lo mejor era preparar unos aperitivos y dejar ESE plato como plato principal. Y acertamos.

La mañana del día D nos acercamos Pablo y yo a comprar unas cositas de aperitivo. Unas ricas anchoas, que nos gustan a todos. Las de Mercadona que vienen en una pandereta son muy buenas para lo que cuestan y merecen la pena, así que compramos dos panderetas. Teníamos pensado llevar unos espárragos pero ya he dicho que no hay que exagerar y todos necesitamos comer algo, así que compramos materia prima para elaborar otro aperitivo.


Cuando llegamos al Aero ya estaban allí Ramón y Carlos. Bueno, realmente Ramón había ido bastante temprano para preparar un caldo de palomas ¡sí, habéis leído bien! ¡palomas! No sólo llevaba mucha verdura sino también 8 palomas para darle más sabor. Lo tuvo en el fuego más de 3 horas. Buen trabajo Ramón, vas aprendiendo. Fernanda tiene que estar muy orgullosa de tus habilidades culinarias.
Los Chefs y un infiltrado
El Chefencope nos preparó un guiso que hay que contar desde el principio. Tras pochar 5 cebollas en una olla inmensa, de tipo cuartelero, echó cerca de 4 kilos de patatas chascadas, que se lleva un rato de nuestras vidas (ejem, sólo de la suya ya que lo hizo personalmente) y tras cubrirlas de agua las dejó un buen rato en el fuego. Y me preguntaréis ¿no añadió nada más? Bueno algo de sal...y un chorizo picante de León, que picaba tela. Buenísimo pero no apto para personas con problemas de vesícula.

Alegres y contentos están los comensales
Mientras aquello borboteaba en el fuego, preparamos una cosita para los cocineros y pinches (Carlos, Ramón, Paul Beckham y un servidor): un platito de ese chorizo tan pocante y una sobrasada que trajo Carlos, muy buena. Primera botella de Tío Pepe, entre dos, y un par de botellines de Cruzcampo, por los otros dos.


Caldo de palomas
Dopado como estaba me decidí a empezar con mi aperitivo. Empecé a limpiar y cortar en tiras los pimientos del piquillo que habíamos comprado por la mañana. Una vez listos, fueron a la sartén donde esperaban unos ajitos dorados. Añadí algo de azúcar para que se confitaran. Durante ese espacio de tiempo llegaron varios de los comensales previstos. El primero, y gran sorpresa, fue Alberto, el hijo de Carlos. Tela buena gente, amigo de mi sobrino Carlo, uno de los italianos. Creo que se lo pasó estupendamente, tan bien, que se comprometió con nosotros a volver y ...ahí lo dejo.

Expectación
Llegan Juan y Salvi. Jaime y Tulio. Llega el momento de sacar las anchoas; de calentar el caldo que se había reservado; de añadir el caldo de los pimientos a la sartén; y de dorar ajitos con pimentón para incorporarlo a las patatas.

Llegan José Luis y Alberto. Vuelvo a los pimientos, que una vez evaporado casi todo el líquido, le añado el atún, lo revuelvo y a comer. Cayó en un visto y no visto. Estaba realmente bueno aunque no esté muy bien que lo diga yo pero es que me salieron de coj...s. Llega el último comensal, Enrique.

Tertulia los baberos
Nos sentamos a la mesa y empezamos por el caldo de palomas que Ramón había preparado con tanto cariño y que nos vino a todos estupendamente para desengrasar. Hubo quien le echó costrones de pan frito, algunos optaron por no añadir nada; y otros le añadieron una anchoa. El caso es que no sobró ni una gota de caldo, lo que demuestra que estaba muy bueno y que el personal necesitaba algo fácilmente digerible.

Y el plato principal. Delicioso. Toda una sorpresa. Las patatas con chorizo estaban realmente espectaculares. No hacía falta añadirles guindillas puesto que el chorizo les había trasladado todo su picante. Ahora bien, si pica, se bebe más tinto y ya está. 5 botellas de Viña Alberdi, el tinto de la Tertulia. Además, los caballeros no comen chorizo.

Patatas a la herreriana
De postre, delicia (tocino de cielo y tarta de chocolate). Cafés. Tras brindar por España y el Rey y desearnos un feliz año comenzó la animada sobremesa con el agradable clinquineo de las copas y la amena conversación en la que resolvimos prácticamente todos los problemas del mundo mundial y nos emplazamos para reunirnos pronto con un invitado de lo que daré oportuna cuenta en este, vuestro, blog.

¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2018!


La Tertulia













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