Feria, primera parte

La primavera en Sevilla la sangre altera...y la cartera también. No hay época más bonita y más cargada de emociones que el mes de abril en la capital de Andalucía. Ya dimos cumplida cuenta en este blog de la Semana Santa. Ahora toca la feria.

La semana anterior a feria, mi cuñado Jaime me preguntó que si quería ir a la diáspora jerezana. Le contesté que encantado siempre y cuando fueran admitidas mis credenciales jerezanas. Estanis, que ejerce de secretario, me admitió con la caballerosidad propia de las gentes de tan querida tierra. Mis vínculos con Jerez son que me gusta el vino y el flamenco, así que el viernes, después de trabajar, me encaminé al punto de reunión. Pero, hete aquí, ¡oh casualidad de la vida! que justo al lado de donde se iba a celebrar la comida, se presentaba Tío Pepe en rama 2013. Álvaro nos había invitado a tal acontecimiento y ya que estábamos por allí...Cómo entraba, fresco, sin filtrar y se agradecía porque, por fin, hacía sol en Sevilla y ¡qué sol!. De Abades Triana, nos fuimos en rebaño al Volapié copas, el antiguo Paco Ramos de la calle Betis. Tras el aperitivo una buena berza jerezana, muy buena. Y un ratito muy animado, en buena compañía. Me acogieron como a un jerezano más. Gracias de verdad porque disfruté. Gracias Jaime, Estanis, Jaime, Álvaro, mi amigo de la infancia Mariano, Vicente, Javier, Pedro, Guillermo, Patricio...

Parecía que la feria iba a empezar muy bien, pero en la mañana del sábado me llega por whatsapp una foto. Al principio creía que era la típica guasa sevillana pero no, ¡oh Dios mío! ¡mi caseta había ardido!. Para ser más exactos, la trastienda. Si no fuera por la rápida intervención de Fran, el administrador de la caseta y porque contábamos con un extintor, no sólo nos habríamos quedado sin caseta sino posiblemente sin feria ya que los bomberos tardaron en llegar, de hecho ya había sido extinguido cuando apareció el camión, y se habrían esparcido las llamas por las casetas de alrededor.

En un trabajo meritorio y a contrarreloj dejaron todo listo para que el lunes pudiéramos celebrar el tradicional pescaíto con los socios previo al Alumbrao de la noche del lunes. Quedó estupendo. Algunos pensaban que mejor de como estaba antes del incendio.

Esta rápida y eficaz intervención llegó a oídos de La Moncloa. En Consejo de Ministros extraordinario y a propuesta del Ministro de Defensa se acordó conceder el título de Primer Bombero del Reino a Fran. Así mismo se concede la Medalla al Valor Bomberil a todo el equipo que luchó contra las llamas Jesús, Álvaro y Billy. Tras el pescaíto y aprovechando que estaba presente un representante del Ministerio, el coronel Feliciano, se le hizo entrega de tan altas condecoraciones al arrojado equipo de voluntarios. A su conclusión tuvimos la tradicional copa de vino español, bueno, alguno ya llevaba un buen rato saboreando caldos de la tierra. Me hicieron una breve visita Juan con su mujer Rosario, Antonio y María y Carlos. Tras una agradable comida, una buena compañía, musiquita y una tranquila charla dimos por cerrado el lunes, ya que había que trabajar al día siguiente.


Y trabajé. Hay pruebas gráficas de ello. Pero eso no es materia de este blog. Volvamos a la feria. Teníamos citados, a una hora prudente, al G-8 en nuestra caseta. ¿Hay mejor época para hablar de cofradías que la Feria? Alguno me dirá que sí, el mes de agosto en la playa. Bien, lo acepto pero como no hemos llegado todavía a ese mes, me quedo con la Feria...y con el calor, la calor. Demasiado. A mí el calor de golpe, como este año, me aplatana. Pasé momentos de angustia por la tarde pero había que superarlo puesto que también mi mujer había citado a sus amigas en la caseta. No tuve más remedio que quedarme en el Real aunque todos saben que yo voy todos los días pero un ratito y en cuanto pueda escaparme me voy para casa. Todo sea por la causa y aguanté el tirón. Así que de la caseta de Manolo, Antonio y Nono me fui a la mía donde ya me estaban esperando Blanca y Gracia. Me puse delante del ventilador, pedí mi tetera y de allí no me moví.

Hasta que Luis nos reclamó para irnos a su caseta. Pero yo me quería ir. Lo que pasa es que soy muy educado y no le iba a hacer el feo, así que superando mi alergia al albero (sí yo también tengo este tipo de alergia igual que el Herreraenlaonda), para allá fuimos Luis y Mila, Isabel y Jaime, Blanca y Gracia, Mamen, María Jesús y el que suscribe. Por el camino recogimos a Eugenio y Marta. De allí también me quería ir pero me ponían en la mano una copita con un líquido que estaba fresquito y algo de comer y yo sigo lo que me enseñó mi madre de pequeño, es de mala educación dejar los platos llenos y con el hambre que hay en el mundo...Ya estaba a punto de irme cuando aparecieron Carlos y María, bueno me quedo otro ratito más. ¿Cómo que vamos a su caseta? ¿pero no nos vamos a casa? Otra vez me aguanté. Y de la caseta de María, a la de Mamen. Allí llegué muerto. Pero gracias a los desvelos de mi anfitriona acabé...¡bailando!. Fue una intensa jornada laboral. Al día siguiente era fiesta en Sevilla ¡menos mal!.

¿Qué hice el miércoles? Comer en los 40. Mis cuñados Josele y Jaime nos invitaban. Yo no quería ir. Pero Charo iba a la feria y posiblemente era su día, lo digo por único. Así que me rehice, a pesar de la caló y la pereza que me da ir a la Feria y...allí que nos presentamos. Por supuesto nos atendieron de cine, como es normal. La verdad es que nadie te trata mal. Los amigos son íntimos amigos, los conocidos son amigos y los enemigos son conocidos. La Feria es todo bondad. Pasamos un momento por el ventilador de mi caseta después de comer y beber. Por allí estaba mi hermano Enrique con su mujer y familia política al completo y también mis padres y todos mis tíos Pesquera que andan por Sevilla. Yo iba con parte de mi familia política, suegra incluida que en la Feria se lo pasa pipa. En síntesis, mucha familia concentrada en pocos metros cuadrados. No digo ná.

Aprovechando que Guillermo había entrado en mi caseta creyendo que era la de Eduardo, fuimos a la caseta de éste a hacerle la correspondiente visita. Nada más entrar nos encontramos con Macarena y Oti. Después de saludar y que nuestras respectivas se quedaran con su prima, Jaime y yo fuimos con paso decidido a la barra donde estaban Eduardo, Isabel y Guillermo. Al poco aparecieron Edi y Sofía. Más cofradías. Esto es lo que hay. De repente una niña se me acerca y me saluda "hola" y le digo "hola ¿y tus padres?". Es la hija pequeña de Beltrán y María. Beltrán no pudo ir pero sí estaba mi Hermana Mayora y su hermana Graciela a la que no veía desde...mejor no pensarlo. La chiquilla quería ir a los cacharritos pero su madre no le dejaba. María deja a tu chiquilla ir a los cacharritos que está en la edad, pobrecita. Por cierto, muy bajo el golpe, casi rastrera tu respuesta "llévala tú". No hay porqué herir, por Dios (jeje).

Nos fuimos al Aero a descansar (por el calor, lo matizo y especifico por si entre los lectores hay algún malpensado). Sí, es cierto, lo reconozco: me senté en una silla. Me vino muy bien. Estábamos Isabel y Jaime y nosotros. Casi sin darnos tiempo para sentarnos, aparecieron Pablo y Lali y allí nos quedamos un momento, divertido y agradable como siempre. Retomábamos fuerzas para ir a Pineda donde el Presidente, Nono o don José Antonio, todo un chaval, había convocado a la Junta de mi hermandad. Ambientazo y un calor ¿para cuándo aire acondicionado?. En la puerta nos encontramos al alcalde, al que saludamos, con su séquito. El personal de vigilancia del club pensó que veníamos con él y entramos, evitando la cola del torno. Gracias. Allí estaban, entre muchos otros, José, Rocío, Borja, Luis, Luisito, Chino, otro Luis y Cipi, al que había visto la tarde anterior. Pero me quería ir. Tan es así que me despedí, salí de la caseta y...María y Carlos que venían a Pineda. Nooooooo. Esta vez hice la cola y me volví a encontrar a los mismos de los que me había despedido hacía un momento. Ya que estamos aquí otra copita por favor con Perico y Beatriz, Fernando, Felipe y Lola, Jaime y Amparo...Cerramos el miércoles.

Continuará...