En la reunión de la tertulia de abril quedamos en realizar una especial a finales de mayo. Lo primero era cerrar la fecha que nos viniera bien a la mayoría y que la cocina del club estuviera libre. Una vez superados estos trámites, nos pusimos manos a la obra.
En la pasada tertulia, Carlos propuso hacer unas migas. Propuesta que fue inmediatamente aceptada. Para acompañar a las mismas nada mejor que un huevo frito. De aperitivo no había tanto consenso aunque teníamos claro que debería ser algo ligerito que facilitara la ingesta y posterior digestión del plato principal. El día antes de la tertulia, llamé a nuestro proveedor de pescados y mariscos, Javi de la pescadería El Chipi de la calle Niebla, haciéndole un encargo especial y específico: determinadas características del material y un coste máximo.

Alrededor de la 1 y cuarto hice acto de presencia en el club, donde ya estaba Carlos y nos dispusimos a preparar las viandas. Lo primero de todo, el “sofrito” de las migas. Así que nos pusimos a trocear pimientos y aplastar dientes de ajo mientras se hacían los torreznos en el perol (eso sí que es un perol). Una vez alcanzado su punto, echamos los pimientos y ajo (hasta cinco cabezas) en el aceite. Después de un rato lo reservamos. Las migas estaban en una olla aparte y el chefenlaonda lo dejó preparado para irlo mezclando en cuanto llegaran los comensales.
Hora de preparar el aperitivo. Mientras este conocido pinche se encargaba de llenar una buena olla de agua para el marisco, el chefenlaonda preparaba un alioli sui generis para acompañar a unas patatas canarias (la papa antigua de Canarias con Denominación de Origen Protegida). En una cacerola más pequeña echó agua con bastante sal y la puso al fuego hasta que la sal se diluyese. Teníamos por un lado, las migas y su acompañamiento (chorizo de León troceado y el sofrito) y por el otro, agua hirviendo en un fuego para el marisco con su salmuera preparada en otro recipiente; y agua hirviendo en otro fuego para las papas canarias. Todo listo para rematar la faena en cuanto fuera la hora. Primera copita de Tío Pepe, que animó tanto al chefenlaonda que decidió cocer las gambas. Naturalmente, había que probarlas no vaya a ser que no estuvieran en su punto. Primeras caras de satisfacción. La materia prima era realmente sobresaliente y el punto de cocción la mejoraba. Segunda copita.

Señores habrá que ir abriendo el tinto de la casa, por supuesto Pesquera cosecha 2002. Muy bueno.

Faltaba el postre, misión recaída en Ramón. Bueno, preciso un poco más. Ramón hizo de mensajero porque realmente el postre que era un tocino de cielo lo hizo su suegra y ¡vaya tocino! ¡Espléndido! ¡Extraordinario! Estos fueron los calificativos más humildes que se escucharon. Realmente soberbio.
que sorpresa ver que Juan Cartaya y tu seáis amigos, cuando he visto su nombre y foto me ha sorprendido bastante , dos profesores míos de distintas etapas amigo... curioso. :):)
ResponderEliminarAlguien que comenta cosas de su interés quién eres??? Qué curiosidad, una alumna común y nos recuerda con cariño (o eso espero)
Eliminar