jueves, 25 de junio de 2015

Cierre curso cooking golf

Comienza la temporada de fin de temporada. Aviso de los próximos posts de comidas que vienen. Hasta ahora he logrado distanciarlas y sólo tengo una por semana.

Empecemos por la primera. Tras el éxito del año pasado, Cooking golf repite mariscada para cerrar el curso escolar 2014/2015. Para ello se encargó al mismo sitio del año pasado, Carnicería Mila en Muxía, unos percebes, pulpo y empanadas. Pero los organizadores, mi tío Pedro y Marqueschef, encargaron más cosas por si nos quedábamos con hambre. Ésta es la historia.


Cuando llegué, creía que ya estaba todo listo porque llevaban dos horas cocinando pero en cuanto me ofrecí como pinche me endosaron unos chorizos de Campillos para que los cortara con la ayuda de Josele. En la nevera tenían el falso txangurro ya preparado y dos bogavantes cocidos y despiezados para un picadillo fresquito. Una vez cortados los choricitos tomé una decisión que podía marcar el rumbo de mi vida: abrí un botellín de Cruzcampo y pregunté si, visto lo visto, podía acompañarlo con alguna entradita. A todo esto llegaron Javier y Federico. El primero con unas aceitunas que había aliñado a su estilo, y el segundo con una ensaladilla que había preparado su mujer. Me lancé con mi habitual generosidad a rellenar varios cuenquitos de barro con aceitunas. Muy bien aliñadas y de la ensaladilla qué decir, que estaba buenísima…a pesar de la cebolla, jeje. Cruzcampo, aceitunas y ensaladilla, el ménage a trois ideal. 

Van llegando Antonio M., Santi, Casimiro, Juan Pedro, Pepe, Antonio A., Miguel…Es hora de asustar un poquito el pulpo. Las patatas ya están en las bandejas esperando compañía. El aliño de bogavante también servido y todo a la mesa. Decidimos que como faltan unos cuantos todavía por llegar sólo comemos aceitunas, el falso txangurro y el choricito ¡qué me gusta el falso txangurro y lo fácil y baratito que es! Pero no pasa casi nada de tiempo y aparecen Ángel, Luís, Andrés, José Ramón. Ya estamos todos. Tonterías las precisas, había 3 empanadas y teníamos ganas de probarlas: una xouvas, otra de sardinas, y la tercera de gambas con zamburiñas.

Es la hora de meter en el horno la fuente de gambones, ¿no había dicho que había gambones con premio? Pues unos cuántos. Mientras degustábamos las empanadas, marqueschef decide que se hacen los percebes ya para así sentarnos todos y disfrutar de las ricas viandas en la mesa. No hablo de los kilos de comida porque es una ordinariez pero como se puede observar, estaba la cosa justita. Me atrevo a comentaros la confesión de alguno de los comensales que pensaba que no le llegaría la comida y estaba preocupado (y alguno se lo cree). Todo ello regado con vinho verde.


Recapitulemos. Aceitunas, ensaladilla, aliño de bogavante, pulpo a feira, chorizo, empanadas. Todo riquísimo pero faltaba el plato del homenaje y nos sirvieron a cada uno de nosotros nuestra “ración” de percebes y gambones. Merece la pena traer esos percebes desde tan lejos, todo lo que cuente es poco de lo riquísimos que estaban y costaron menos de la mitad de lo que te cobrarían en cualquier restaurante de Sevilla ¡Viva Galicia!


De postre, lo típico en la Casa, surtidito de tocino de cielo, tarta de chocolate y unos bomboncitos helados. Café, copa y puro y a correr. Todo un homenaje y a un precio mucho menor de lo que pensáis (no voy a decir lo que nos costó porque es otra ordinariez –me gustado la palabrita esta-), que estamos en crisis, aunque dicen que ya hemos salido.


Y allí los dejé hablando de palitos, bolas y agujeros, es decir, de golf, que me tenía que ir a trabajar ¡Cómo disfrutamos todos! Nos despedimos hasta la vuelta del verano pero yo no he terminado, me quedan al menos 4 despedidas más. Ya os contaré.


No hay comentarios:

Publicar un comentario